[PROSA]

150 SON LOS NUEVOS 100

Cuando veo la foto, y a personas mayores en general, pienso como hay una cierta democracia en la vejez. A todos se nos van a colgar los cachetes y se nos va a arrugar la frente. A ricos y a pobres el cuerpo les pasará factura. A buenos y malos les llegarán las canas. No hay poder que sirva ni soborno que compre más días en este planeta. Tal vez recorramos caminos muy distintos, pero todos, terminaremos en el mismo sitio.

El paso del tiempo, o mejor dicho, la permanencia en este planeta, me es un tema recurrente. No he podido asumir la incertidumbre de llegar a este planeta con un boleto abierto. Tampoco me resigno a irme como llegué, porque así como se antojan esas tardes de contemplar pájaros y de ‘vivir en el ahora’, la realidad es que me imagino corriendo. Me veo como el conejo de Alicia en el país de las maravillas tratando de ganarle la carrera a lo inevitable, haciendo compras de pánico al tiempo. Y es que, por difícil que sea a veces la vida, por incomprensible o agotadora, ¿por qué será tan difícil pensar en dejarla?


Los domingos, traen consigo la columna semanal de Juan José Millás. Me parece especial e interesante el texto que resulta de la imagen que elige. En un esfuerzo por ampliar los temas de los que escribo, me he propuesto, responder – también semanalmente – con otro texto a la imagen y/o al texto de su columna.

Haz clic para leer la columna de la que tomé la foto y el texto de Juan José Millás en el País Semanal.

Envidia y pesadumbre 1446123758_704333_1446123861_noticia_grande