[PROSA]
PARA PERDER TIEMPO
Momo, de Michael Ende, es después de algunos títulos de la Editorial El Barco de Vapor, el primer libro que tuvo un gran impacto en mi. Cayó en mis manos por casualidad, lo devoré, lo releí y hasta la fecha me acompaña. Nada de que sorprenderse, si nací con prisa, perseguida como los hombres grises por la fantasía del tiempo. Desde niña queriendo ser grande, ahora de adulta, queriendo ser vieja, como si mi paso por este mundo se validara a punta de horas de vuelo. Paso mis días perdiendo el tiempo en un afán de ganarlo, ganarle. Intentando, con cada segundo validar una de las letras de mi obituario. ¿Para qué? Si nunca vamos a acabar de saber si fuimos o si estamos. Si los fantasmas somos nosotros o los que tememos. Si al final de cuentas, ante el tic tac, siempre hemos de sentir un poco de miedo.
Los domingos, traen consigo la columna semanal de Juan José Millás. Me parece especial e interesante el texto que resulta de la imagen que elige. En un esfuerzo por ampliar los temas de los que escribo, me he propuesto, responder – también semanalmente – con otro texto a la imagen y/o al texto de su columna.
Haz clic para leer la columna de la que tomé la foto y el texto de Juan José Millás en el País Semanal.