8 de diciembre de 2018
Este post SEGURO va a herir sensibilidades. Lo siento.
Cuando fui mamá, odiaba las Mami Vans, temía lo que para mi representaban. Sinónimo de mujeres poco cívicas que se paran en doble fila, egocéntricas, prepotentes y hasta medio guevonas. Mujeres con mucho tiempo, dinero, staff y pocos intereses, tema de conversación y empatía.
Varias muy queridas y admiradas amigas mías se hicieron de su troca y poco a poco, plus horas de terapia, apagué el prejuicio.
Después, cuando entré al colegio, tenía pánico de tener que tratar con mamás. Hasta que lucía llegó a Kinder, había librado una maternidad sin mamás. Fui al primer desayuno del colegio a regañadientas y bajo prescripción terapéutica. Saqué uno de los mejores grupos de amigas que hoy tengo. Sobra decir que se murió el prejuicio.
Mi idea de «era mi imaginación que las mamás podían ser nefastas» se apagó. Los años pasan, revuelven grupos, entra Inés también al colegio, conozco mamás nuevas. Poco a poco voy teniendo la desagradable sorpresa que en todos lados se cuecen habas. Mamás víboras, que se acaban a los hijos de otras, que juzgan, que meten mierda a la comunidad y a los eventos. Mamás que educan con sobornos, con comparaciones, que con sus hijos dicen cosas pinches de los demás. Mamás superficiales, tontas y mala onda. Mamás que se complican, que arman rollo por todo. Que ponen su asqueroso ego por encima de sus hijos.
La realidad es que son las menos, pero que porquería meten.
lo peor es que todo ese cochinero a quien realmente le afecta es a los hijos.
Ojalá a esa bola de perfectonas no les duela nada nunca, no les saque canas un hijo, porque se van a comer todas sus tonterías.
¿Porqué es tan difícil acercarnos sin juzgar? ¿Escuchar sin estar a la defensiva? Colaborar como grupo para aprender y reparar. Un problema no resuelto entre niños de preescolar, para mi habla más de la incapacidad de los adultos involucrados que de los niños. Me da tristeza y coraje a la vez lo limitadas de las mamás, lo poco que estamos elevando la conversación con la grilla, la envidia y la sobre protección.
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Actualización:
Como todo en esta vida, hay muchas caras para una verdad. Habiendo terminado mi labor periodística, todo cae por su peso, sale a luz, lo obvio que se olvida, que es que todos somos humanos. Todos los involucrados con un pedazo de verdad, no hay malos en la historia ni víctimas, simplemente malas coincidencias, poca comunicación y miedo. Cambio mi mugrosas mamás, por mugrosa comunicación. y bueno, un poquititio de mugrosas mamás, ja!