7 de junio de 2016

Este post merece una advertencia de lectura pues toca un tema MUY DELICADO. Es un tema que creo, a más de una persona le va a incomodar. Quiero hablar acerca del personal de servicio.

Siempre he tenido sentimientos sumamente encontrados con respecto a las diferencias tan fuertes de clase social que tenemos en México. Por un lado, me indignan, por otro, habiendo nacido en un nivel socio-económico privilegiado, es fácil hacerse de la vista gorda, darme palmadas en la espalda por dejar buena propina y seguir gozando los beneficios de la inequidad.

El personal de servicio doméstico, o ‘las muchachas’, me ha conflictuado desde siempre. Trataré de desglosar mis traumas en puntos para ser lo menos rollera posible.

  1. Entiendo que vivan en la casa, pues vienen de pueblos lejanos y no pueden «ir y venir» al trabajo como seguramente lo desearían. ¿Por qué eso excusa que su jornada sea TOTAL? ¿Qué onda con que sean puestos ON-DEMAND?  a lo que la gente contesta cosas como «le pago casa, comida, sueldo, agua, gas, etc.». Olvidando mágicamente, que ganan casi siempre entre 5 y 10 veces lo que ellas. «Con todo y las súper prestaciones»
  2. Son las personas que más cerca viven de ti, te conocen más íntimamente que tus papás, tus hermanos, tus amigos, pero eso sí, te hablan de ud. comen aparte, en muchas casas, comen otras cosas, me han contado, que ¡hasta en otras vajillas! ¿Cómo justificamos ese espacio? ¿Por qué la distancia? la de la comida, la verdad, la he pensado, y también pienso, ¡pobres! que flojera comer con tus jefes ¿no?  Yo odiaría que mi jefe me llevara a comer diario. La comida es mi break, mi oasis.
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  1. Se les raciona el cuánto y el qué de comer. Como si sus paladares no fueran lo suficientemente exquisitos para disfrutar la Nutella, como si un buen filete, sólo le supiera bien a los ricos. Además que me parece la mayor incongruencia ser rico para comprar filete y un miserable para no poder comprar 250grs más y extender la cortesía. ¿Es en serio que le decimos a la muchacha «tu no puedes comer mis galletas de nuez», pero a los amigos que llegan les sacamos nuestras mejores cosas? A nuestros amigos que como nosotros, han tenido todo, se han empachado de galletas de nuez, a ELLOS, les damos nuestras galletas. ¡Qué vergüenza!
  2. El baño, no puedo con el tema de que no puedan usar el baño. ¿Qué son? ¿Qué tienen? o mejor aún, ¿desde cuando yo tengo pompas de porcelana?, si está claro que es una persona limpia, lo cuál es OBVIO, pues de lo contrario no la contratarías, ¿por qué hacer la grosería de decir, tus pompas no son lo suficientemente finas para mi escusado? En donde, by the way, hago popó. No como, no escribo, no bebo, sino, hago popó.
  3. Ni hablar de las incongruencias con las personas que además de ser contratadas para limpiar, son contratadas para cuidar a los hijos. Los tienes que cuidar, pero ‘no lo abraces’, ‘no le des besos, fuchi’, ¿es en serio? ¿el amor tiene código postal? ¿Es en serio que tenemos prácticas que bien podrían calificarse de Neo-Nazis y nadie dice nada? ¿Desde cuando somos raza aria? ¿Desde cuando creemos que existe una raza aria?

Este post, no tiene ni pies ni cabeza, no es otra cosa que un análisis en voz alta de una relación que casi todos tenemos y tuvimos en nuestras casas. De un gran testimonio de que Hernán Cortéz llegó para quedarse. De que Hitler está disfrazado de señora de las Lomas.

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Que fácil olvidar que empiezan a trabajar a la edad que nuestra cabeza estaba llena de humo, pasando las tardes en un centro comercial ligando a los 14 años. Que no conocen la libertad, estudiar primaria, secundaria o prepa, no conocen la dignidad, ser vistas como personas, con todo el potencial que un ser humano tiene. Se nos olvida que no salen, no son dueñas de ellas 5 ó 6 días de la semana. Que el privilegio es el cuartito que les damos, porque vienen de casas tan humildes, TAN POBRES.

Se nos olvida que podemos pagar sus servicios, porque vivimos en un país terriblemente injusto. Donde nos alcanza para MAL PAGAR para poder MAL GASTAR en bolsas, zapatos, viajes, restaurantes, borracheras absurdas de 180 pesos cuba.

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Me avergüenza. Me acomoda. Me avergüenza. ¿Cómo se para? ¿Cómo se aprovecha? ¿Cómo se mejora?