6 de agosto de 2017
Pues sí, acabo de terminar dos semanas de Maratón. Dos semanas en las que la vida me puso a prueba en varios frentes. Ninguno de gravedad gracias a dios, pero al fin y al cabo a prueba. Las dos changas enfermas, las tres encerradas en casa durante 14 días. Haciendo milagros como mamá para procesar la emocionalidad del encierro, entre ellas, con ellas, conmigo… procesar la falta de control, procesar el rompimiento de mi rutina.
Dentro de estas dos semanas, entrarle a todo sin ayuda, que cuando tienes un par de manos que entren al quite en la casa, en la limpieza, en la comida, en poder escaparte a dar la vuelta y tomar un respiro, se extraña, se extraña. Mis respetos a todas las mujeres del mundo que viven el día a día sin ayuda, pues son esas pequeñas ventanas las que te devuelven la salud mental, las que te cargan de energía.
En este espacio mi vida profesional cobró fuerza, se cruzó una entrega importante, con un par de set backs no esperados. Al final, se logró, después de 7 días desesesperación, incertidumbre, se logró.
En estas dos semanas, varias cosas se rompieron en mis vínculos familiares. Era ya desde hace muchos años crónica de una muerte anunciada, pero una pérdida, nunca es fácil. Estoy tomando pérdida. Estoy en una segunda despedida muy cercana.
Así, en estos quince días, tuve mucho que me sacó de quicio, mucho que enojarme, pero también, la oportunidad de replantearme muchas cosas, de enfocar lo que importa, de agradecer que estoy aquí, que tengo a toño y a mis niñas. Que lo que importa, lo que me mueve y a lo que vine, está aquí, al cien, conmigo, con todo.
Cierro esta quincena viendo la película del cuate de Spartacus que en dos años, perdió la lucha contra el cáncer. Y sí, tengo un tema con la muerte, todos los sabemos. Más bien, tengo un tema con la vida. Tengo un tema con vivir, un compromiso por estar aquí, por no distraerme con los debería, con los ojaláses. Lo tengo todo y no voy a esperar ningún diagnóstico. Voy a vivir como si fuera en serio. Voy a gozar a mis chamacas, voy a verlas crecer, voy a ser feliz, voy a hacer feliz. Voy a dejar de evaluar si bien o si mal, dejar de calificar mi relación con toño, con mi vida profeisonal y ser. Estar. Como bien dijo este cuate y su familia, BE HERE NOW.
Ya de por sí, nací con suerte, mínimo, agradecer viviendo.