En las últimas semanas he estado trabajando por crear textos que exploren diferentes momentos de mi día a día desde un ángulo más bien constructivo, que le dejen, a quien me lea, un buen sabor de boca, y con suerte, algún aprendizaje para ser más feliz, para gozar más su vida. En este texto, no me fue posible. Aquí, sin nada constructivo que ofrecer, «vomité» mi frustración. Si estás de malas, o en un mal rato, mejor no lo leas, pues literalmente aventé mi caca en estas líneas. Si te da morbo leer mi cabeza cuando está en un espiral de furia, sigue adelante bajo tu propio riesgo. CERO POSITIVO.
VA LA CACA: ? ? ? ? ? ? ? ? ? ? ?
Son las 12 del día. A las 8 de la mañana dejé a las niñas en el curso de verano, regresé a mi casa dispuesta a empezar a trabajar, a aprovechar la mañana, a sacar todos los pendientes que tengo atrasados, que, por su puesto, generan su propia dosis de estrés. Prendo mi computadora: 0% de batería. ¡¿Cómo?! La apagué anoche CON PILA!!! Este problema empezó a principios de Junio, la batería haciendo cosas raras, como durar poco, descargarse en un 100% con equipo apagado, etc. Hace un mes, 5 llamadas, observación a distancia, bitácora de uso, diagnóstico online, configuración remota y muchos muchos deseos que no volviera a fallar, falló hoy.
Primer enojo: tener que elegir entre hacer algo, y frustrarme, o no hacer nada, y frustrarme en unos meses.
- No hacer nada, conectarla, trabajar como si nada, ignorar que me costó una lana comprarla,y que falló a los 2 meses, y no perder mi mañana, no encender la furia.
- Hablar al centro telefónico para levantar OTRA orden, la TERCERA en este mes, activar mi garantía, pelear un cambio de equipo (que es lo justo!), y buscar repararla antes de que pase tiempo y sea demasiado tarde. Esto significaría perder mi mañana y probablemente frustrarme a niveles extraordinarios
Elijo la segunda. Hablo por 2 horas, con 3 personas, y termino con la siguiente frase:
Lenovo no se compromete a que no falle un equipo, en tus términos y condiciones dice que puede fallar el primer día o el primer año, o en díez años, no nos comprometemos a que no falle. Puedes mandarlo a servicio, en donde se quedará durante 10 días hábiles. Entedemos su frustración pero en los términos está todo.
Atentamente: Lenovo, la emrpesa de electrónicos china a la que le valen madre sus clientes
Me hierve la sangre. Me siento una idiota por comprar con ellos, me agobia tener que respaldar mi información, quedarme sin medio de trabajo, saber que una inversión para mi fuerte, como es comprar computadora, cosa que no hago nada seguido POR LO CARO que es, resulta en tener un equipo defectuoso que me atropella la vida. El corporativo gana, el corporativo tiene unos términos y condiciones que dicen que te pueden mandar a la mierda, que ya tienen tu dinero, que le hagas cómo quieras.
¿Lo que más me enoja? La impotencia, el descaro, el que el mundo está hecho de aparatos que no puedo NO usar, marcas que NO se hacen responsables, gobiernos que NO hacen nada y que NO penalizan a los corporativos que atropellan. Estamos jodidos. Necesito una computadora para trabajar, y compre la marca que sea, el servicio es una porquería, los términos están para beneficiar a los corporativos, no a los consumidores. Cientos de personas se hacen millonarias a costa de millones de personas que compramos productos defectuosos, empleados que cobran una miseria, fábricas que no tienen consecuencias por el impacto ambiental.
Sí, todo eso pienso, todo eso me pasa por la cabeza y me incendia, y sí, ya sé que es más fácil ASUMIRLO. No somos nadie, así es, es lo que hay. Más en el pinche tercer mundo, en México. Donde cómo esperar servicio al cliente si están matando en las calles. Que lujo tener servicio al cliente. Que lujo que una empresa resuelva y responda cuando al colegio de mis hijas les vale que muera un padre o una madre, cuando los médicos suben sus precios a placer, tabulando en dónde les da la gana.

Mi yo que lleva años trabajando por no engancharse desde el enojo a las primeras de cambio está tratando de respirar, de asumir que este es el mundo, que así es, que ojalá todo fuera como eso. Habiendo pasado las últimas 2 semanas por varias noticias súper fuertes y tristes de gente joven que muere o está a punto, esto es una TONTERÍA. Pero hoy, me siento así. Ahorita me siento así. Sé que puedo tener una actitud activa, de solución de conflictos, o de víctima. De enojo, o de aceptación. Sé que en un ratito lograré pasar de la rabia a la resignación, pero por ahora, en este minuto, necesito desahogarme, necesito revolcarme en mi enojo, vomitarlo en estos renglones.
Agradezco que estoy viva y sana
Agradezco que no soy venezolana, como los tres personajes que me han atendido en este proceso de horror
Agradezco que tengo la posibilidad de comprar una computadora
Agradezco que mi creatividad, mi trabajo, mi vida, no se ve limitada por este mal rato. Que tengo amigos o familiares que me pueden prestar un equipo, o invitarme a usar uno en sus oficinas, o que puedo pedir prórrogas para mis entregas
Agradezco que de los males el menos
Ya sé que no puedo cambiar la realidad
Ya sé que me cuesta mucho trabajo modificar mis planes
Ya sé que todo tiene solución
Ya sé que no es el fin del mundo
Pero siento que voy a uno por hora, que no he logrado miles de objetivos personales y profesionales que me he establecido. Me atropella la maternidad, las niñas, la vida. Estoy agotada de balancear la vida que he elegido con mis ambiciones y aspiraciones. No me dan las horas, no me da la energía. Siempre hay ALGO que me atropella, ALGO que se me atraviesa, si no es una madre del colegio, es una madre de salud, ahora una madre técnica.
Pareciera que el castigo por querer ser mamá y ser exitosa profesionalmente es que no se puede.
Creo que mi enojo mayor es no tener control. Control de mi día a día, de mis planes. Pero no sé cómo soltar la ilusión de control. Es obvio que todos nos vamos a morir. Es obvio que no podemos gobernar las millones de variables de nuestra vida. Es obvio que no mando yo. Si es tan obvio, porque no puedo asumirlo, por que no puedo dejar ir la fantasía de que puedo hacer planes, de que puedo definir cosas. Porque pierdo tanta energía y bienestar en luchar contra un imposible. Porque no me quedo con un plan general, y ya.
La verdad es que la falta de estructura que da el autoempleo, las profesiones creativas, la maternidad, me es muy difícil de acomodar. La mayor parte del tiempo me siento perdida, no productiva, estancada, sola. El decidir qué voy a hacer, cómo voy a organizar mi mañana, qué objetivos voy a lograr, me da sensación de tranquilidad, me permite ponerme palomita, abrazarme, no regañarme.
Me regaño mucho. Mucho. Más cuando pierdo tiempo. Más cuando siento que se me fue la mañana. Se me bota la rabia y sale mi peor versión. Mi versión asustada, insegura, insensible. Soy una planta voraz, soy una máquina de logros o furia.
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Contra todo lo esperado, lloré un poco con el párrafo anterior, y sentí que liberé algo. Supongo que mi enojo con Lenovo, es real, pero la emoción que me estaba atropellando era el miedo. Miedo a no lograr ser todo lo que anhelo ser profesionalmente. Estoy culpando a la falta de rutina y de control de mi ritmo de avance. Una vez más, me estoy tratando horrible, hablando horrible, por no ir más rápido. Mi desconfianza de llegar a mi meta, se disfraza de mi prisa por llegar a ella.
Por primera vez en mucho tiempo, sé qué quiero hacer con mi vida profesional. No he dejado de trabajar, no he dejado de aprender, no he podido cobrar lo que he querido, o generar mucho dinero, pero sí he seguido construyendo mi carrera. Sé a dónde quiero llevarla. Estoy trabajando para eso.
Es momento de que deje atrás mis viejas formas de exigirme, de dudarme, de medirme. Es momento de que siga avanzando con la confianza y la gratitud de que voy a llegar. Es momento de dejar de ver tanto la meta, y ver el día a día. Dejar de vivir para el día de la competencia, y vivir para cada entrenamiento.
No soy mis logros. No me voy a medir más por mis logros. Voy a medir mi vida, por la calidad de las conexiones que deje. Eso quiero. A eso vine. No a dejar una cuenta de banco, o un título profesional en Linkedn, vine a hacer mejor, lo mejor que pueda, la vida de quienes me rodean, en vivo o por aquí. Vine a encontrar mi plenitud, y ayudar a otros a descubrirla también. Y colar unos proyectos creativos de marca también, que eso también me llena.
Fin de la ? ? ? ? ? ? ?
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Espero que después de vomitar mi ? ? ? ? hayas descubierto el poder de escribir las emociones, así, sin tapujos, sin ediciones, sin limitar la expresión de lo dicho o del cuerpo. Sacar es liberador. Escribir es revelador. Soltar es despejarnos de todo aquello que opaca nuestra felicidad. ¿Cuándo fue la última vez que te diste chance de «vomitar» tus frustraciones? Espero que te animes a hacerlo, me encantará escuchar cómo te fue en los comentarios.