3 de junio de 2018

¡Nadie me ama!

¡¿Por qué nadie me quiere?!

¡Me quiero contentar!

Palabras de Inés, mi querida actriz de telenovela.  No sé cómo hace, pero me pica los botones de la desesperación como nadie y después los de la ternura.  Vocaliza las típicas frases azotadas, cursis y absurdas que creo que muchos sentimos cuando nos desconectamos de las personas que queremos. ¿Cómo no escuchar sus azotes? ¿Cómo no contestar? ¿Cómo no apaciguarle el corazón?

Hoy peleamos por que no hacía caso para vestirse, desayunar, caminar al colegio, etc. etc. etc.  le hice la ley del hielo y ¡DRAMA! Frené. La abracé. Le recordé que claro que la quiero, pero que me desespera que no me escuche.

Nos contentamos.

Nos escuchamos.

Está grueso como lo más difícil es acercarse y conectar cuando hay problemas, al tiempo que es, creo, casi siempre la mejor solución. Les recomiendo que observen y se observen en su siguiente desencuentro, sea la chamba, la pareja, la familia o los hijos. El instinto es alejarse, hacer cosas que abren la distancia. Intenten frenar, conectar y después corregir la situación.

Me pareció sorprendente. Espero acordarme, porque el enojo generalmente me nubla la visión.

Gracias mi querida Inés, por sacudirme siempre.