28 de noviembre de 2015
No cabe duda que en la guerra de los sexos, si bien hemos ganado terreno, queda camino por andar. Hace poco una mujer le platicaba como cuando ella siguió a su esposo a otra ciudad, nadie se sorprendió siendo «lo que tocaba». Años más tarde, cuando él fue quien la siguió por un cambio de chamba, los amigos y familiares lo felicitaban por hacer algo «tan buena onda».
Siento que como parejas y en la maternidad, hemos evolucionado del «no esperes nada del hombre» a un «agradece que ya hace algo, a veces». Mientras las mujeres hemos pasado de ser exclusivamente mamás de tiempo completo, a administradoras del hogr, mamás, esposas «cuidadas»; buscando estar se buenas, guapas y con tema de conversación.
Casi todos los hombres que conozco, sienten que hacen el favor de ayudar el fin de semana. Como si fuera lo más normal que la mujer no tenga derecho al fin de semana. Orgullosos y satisfechos porque «ayudan» a cambiar pañales, jugar con los niños.
Yo me pregunto; desde cuando el ser proveedores, los exime de absorber mas equitativamente la carga el fin de semana? Jugar con SUS hijos es algo que hacen «por buena onda»? Ser PAREJOS es un favor y no una obligación?
Creo que es momento que quede claro donde terminan las obligaciones y empiezan los favores. Porque no he visto a nadie quitarse el sombrero ante la mamá que no duerme, no para y está ahí como mamá, esposa y amiga.