23 de marzo de 2018
El fin de semana entregué un proyecto bastante sencillo, pero también bastante apretado de tiempos. Siendo la primera vez que entregaba algo para este cliente y la primera vez que trabajaba con el equipo creativo que realizó la creatividad, estaba algo nerviosa. Como suele suceder en todo proceso creativo, fué más trabajo del esperado y el equipo creativo tardó más de lo calculado. En otra época, me hubiera histerizado, hubiera empezado a presionar, a procesar mi preocupación apretando tuercas a los demás. Estoy muy orgullosa, porque confié en el proceso, creo que facilité en lo que pude, respeté tiempos y sobre todo, mantuve la calma.
¡Que diferencia!
Fue un proyecto como cualquier otro, pero con un cliente increíble que respeta, colabora, y sobre todo tiene excelente forma de exigir, un equipo creativo increíble que le echa ganas, escucha y no se engancha y una productora, que a sus casi 40, logró respirar, avanzar y construir.
En una de esas sí me vuelvo paciente a los 80.