18 de nov de 2015.

Ayer fue una de esas noches (como han sido los últimos 8 meses), en la que mis dos changas se turnan para despertar. Con una de las dos llorando cada hora, a las 4am Toño y yo estábamos agotados, frustrados de haber visto la noche pasar en nuestras narices y algo desesperados.

En un momento de la noche, Toño intentó consolar a Lucía, lo corregí, no le latió, nos enojamos, nos contentamos y a pesar de que por una hora nos caimos gordísimos, el grueso del tiempo nos queremos mucho.

Hoy me despierto con la triste noticia de que un dr conocido nuestro se murió a sus 39 años, y no puedo evitar:

– sentirme sumamente agradecida que toño sigue conmigo

– asustada de un día ser viuda, vivir sin él.

No me imagino la vida sin Toño; me

Cae de pelos, me hace reír, me gustan sus pláticas, es un súper papa, es consentidor. Es un excelente ser humano. Es mi héroe.

Pienso las millones de veces que por el cansancio, acelere y rutina diaria, le ladro por su despiste, desorganise, falta de comunicación y memoria.

Que rápido se pasa la vida. Que impredecible es. Que ganas de no distraernos con tonterías. No necesitar estas tragedias ajenas para abrir los ojos y ponernos las pilas.