17 de septiembre de 2018

Esta semana ha sido una locura de chamba, eventos sociales y eventos escolares, estoy cansada desde el domingo de saber lo que me esperaba. Ya a jueves, ya de gane, «a la mitad» del maratón, estoy agotada, pero feliz. Una semana llena de gente que quiero mucho, que me he hace muy feliz, que me hace sentir sumamente agradecida.

Anoche cena con una pareja de amigos que quiero hartísimo. No los vemos mucho y eso que son vecinos, pero que en serio me encantan en lo individual, como familia, como pareja. Platicamos y cenamos delicioso, risotadas y filosofía, todo.

Hoy la obra de teatro del colegio, una puesta en escena de 10 minutos a la que no pude sumarme en los ensayos por lo que fui paisaje, río para ser exactos. Un plan que por grinch me da flojera a ratos, pero cuando lo veo, y veo el gusto que le da a los niños, me encanta poder participar. Éxito de broadway. Me encanta estar en un colegio donde por lo menos el 60% de los papas y mamás están dispuestos a hacer el ridículo, salir de mariposa, flor, escarabajo o lo que haga falta. Hablan, cantan, bailan, se entregan. Una comunidad en donde hay casi la misma cantidad de papás que de mamás. Un preescolar que llena el auditorio de risas, gritos, totalmente involucrados en la historia.  Y ni se diga del río, que francamente robó escena.

Al rato, helado con unos amigos que también queremos mucho, con los que actuamos en la mañana, en la tarde, clases de baile en mi casa, como pretexto de que las amigas se junten a convivir, luego shower de una muy amiga mía de la infancia que mato por ver panzona.

Ya me cansé otra vez.  Pero junto con los planes, veo la suerte de tener tanta bola a qué querer y con qué compartir. Me siento muy querida y acompañada. Además de que habiendo sido una niña sumamente introvertida y poco sociable, me sorprende lo que una persona puede cambiar y crecer y llenar su vida si se lo propone. Hace 30 años tenía 1 amiga a la vez, hace 20 años, 5 a la vez, hoy, pertenezco a muchos círculos diferentes, cada uno con lo suyo, y doy gracias.