Le acabo de quitar el pecho a mi chamaca de 6 meses y llevo 36 horas de pesadilla.
Inés ha sido una bebé coliquienta y con reflujo, por lo que no podía darle casi ninguna fórnula. Las pocas veces que lo hice, fue una pelea que aceptara el biberon.
A 6 meses de su nacimiento, la pediatra me recomendó pasar a fórmula y sólidos. El resultado? Prefiere dejar de comer que no tener pecho. En las últimas 36 horas, no ha dejado de llorar. Se duerme para no sentir hambre (siestas de 20 minutos) y vuelve a arrancar. Sólo he podido darle 6 onzas.
Estoy muerta, me duele la cabeza y el cuerpo por la pastilla de terminación de la leche. Hoy, no he sido la mamá que quiero ser; me enfurezco, entristezco y sobre todo, me a panica esta mini cosa que desde que nació, me dado lata con casi todo.
Sé que no le va a pasar nada si come poco unos días, que en poco tiempo aceptará el biberón. Pero mientras tanto, me esta costando mucho trabajo aceptarme como mamá enojada, frustrada y cansada.