Creo que nuestros queridos papas, en su afán de regalarnos el mundo, nos educaron a que «todo es posible», «sí se puede», «the sky is the limit». Eso está muy bien, siempre y cuando no lo tomemos literal.

«El cielo, NO es el límite; lo son las horas del día»

«Todo es posible; siempre y cuando no estés tratando con niños»

«Y sí se puede; de a poco y nada más»

No creo que sea casualidad que tengo más de una amiga (y me incluyo), agotada, con todos los síntomas del famoso «mommy burnout».  Mujeres que haciendo un extraordinario esfuerzo por ser excelentes mamás, amigas, hijas, hermanas, cuñadas, nueras, esposas, profesionistas.

En esa excelencia está el problema. Porque no hay cuerpo que aguante tantos dieces. Ese Baldor sí sabía cosas, la aritmética no sale. Si sacas 10 aquí, quiere decri que hay un cero allá (con la respectiva culpa y problemas que eso conlleva).

Así que en pos de las matématicas, y de la búsqueda de una mayor salud empcional, la idea no debe ser sacar 10 en todo. Sino sacar 7.

Ser buenas y nada más. En todas las áreas. Para poder hacer un poquito de todo, pero un poquito. Sobar el ego y dejar de medirnos por resultados cuyo precio es nada más ni nada menos que nuestra felicidad.

Y de paso, le estamos dando a nuestros hijos, un espacio para aprendar a manejar la frustación, al ser hijos de mamás a todo dar y no mamás perfectas.

Arriba los sietes! Y abajo los ochos, nueves y dieces!